El día 27 de enero del 2017 los alumnos de 9no Grado formamos parte de un Trabajo de Campo, el cual fue llevado a cabo en el Parque Nacional Macarao, ubicado entre los límites de Aragua, Miranda y Distrito Capital. Siendo así denominado como tal el 5 de diciembre de 1973.
Conté con un equipo excelente, acompañados del guía que nos ofrecía su mano amiga cada vez que fuese necesario. El viaje de la salida del liceo hasta la llegada a El Junquito fue bastante breve, aprox 1h y media, la carretera se admiraba despejada, mientras se presenciaba un desfile Solar hermoso. Nos estacionamos en distintas paradas, y en cada una de ellas tomando los datos y muestras, para así poder experimentar y reconocer las características de un determinado lugar. Desde mi punto de vista unos de los aspectos mayormente notables sería el cambio climático, ya que la temperatura descendía, a la vez que aumentaba la latitud de la zona. Al transcurrir las 8 paradas, se requería un descanso el cual fue llevado a cabo en "El Rey de Los Golfeados", allí desayunamos, y convivimos entre nosotros mismo como grupo, al finalizar, cada sección volvió a su autobús para así continuar de la expedición.
Después de un buen rato, llegamos a nuestro destino, El Parque Nacional Macarao, fuimos subdivididos en cuadrillas, para mantener y preservar el orden. Caminamos hacia el lugar de Imparques, los cuales tuvieron la amabilidad, de recibirnos cordialmente, dándonos una calurosa bienvenida, que iba enganchado de una larga charla acerca del Parque. Al culminar, llegó el momento de adentrarnos en el "Bosque Nublado", denominado así por la gran cantidad de nubosidad que en el se aprecia, y sin embargo, aquel día se brindó un cielo azul y despejado.
Sinceramente, no recuerdo exactamente el nombre de cada una de las estaciones, aunque refiriéndonos a cantidad sé que fueron nueve. Fue una experiencia bastante grata, hubo aprendizaje dinámico, y actividades recreativas que sin querer nos interesaba participar en ellas. A simple vista, notábamos el aire puro que en el hayamos, la variedad de flora y fauna, y una vista increíble que llena de afán al espectador. Recolectamos las muestras necesarias para cada materia, como piedras, tierra, plantas, y agua, para así poder estudiarlas en los laboratorios de clase.
Intercambiamos conocimientos, al salir del recorrido, junto a nuestro guía, el cual nos evaluó y asignó las notas correspondidas. Cuando terminamos, nos formamos, volviendo al transporte para cerrar con broche de Oro la Jornada. Nuestra última ida fue hacia la entrada de La Colonia Tovar, pudiendo almorzar y disfrutar de un buen momento entre amistades. Reímos, jugamos, aprendimos sanamente, pero más que nada descubrimos una de las reliquias que posee Venezuela.
ME AMOOOO
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